Me he dado cuenta de que a nadie le interesa este blog y he decidido borrar todas las entradas antiguas. El problema es mío.
No encajo con la blogosfera de halagos y píldoras doradas. No encajo con la blogosfera de qué mal me va todo y qué penita doy. No encajo con la blogosfera de cuánto sé y qué orgulloso me siento de ello. No encajo con la blogosfera de las cifras exactas y banales. No encajo con la blogosfera de qué malos son todos, me quejo de todo pero yo no hago nada por solucionarlo. No encajo con los fotologs donde alaban incluso el primer plano de un truño aunque no tenga ningún mérito artístico ni técnico. No encajo con la blogosfera del insulto fácil y el lenguaje soez. No encajo con la blogosfera de las falta de ortografía (si no sabes escribir, aprende primero y escribe después). No encajo con la blogosfera de los que usan artificios para hacer creer que su vida es menos insulsa de lo que en realidad es. No encajo con los descerebrados que llaman freaks a los demás y que no se dan cuenta de que los verdaderamente raritos son ellos mismos. No encajo con la blogosfera que se contradice, que hoy es blanco y mañana negro, que la vida es rosa pero si te molesta también puede ser azul, que rectifica por no molestar, que trata de engañar a sus lectores, que habla de ideales pero se le ve el plumero. No encajo con la blogosfera que adoctrina. No encajo con la mentira y la falsedad. Simplemente no encajo.
Me gusta la blogosfera de los que cuentan su vida, sus experiencias, de los que afrontan la vida con optimismo, de los que se ríen de sus problemas, de los que saben diferenciar lo importante de lo banal, de los que disfrutan con las cosas pero no sienten la necesidad de que otros le digan qué guay eres por disfrutar tanto.
Me gusta la blogosfera que me informa de novedades, de actualidad, que aportan frescura.
Me gusta la blogosfera que me habla de experiencias insólitas, de lugares recónditos, de vidas extraordinarias en lo ordinario, de vidas ordinarias en lo extraordinario.
Me gusta la blogosfera que llama a las cosas por su nombre, que no se disculpa, que si quieres lo lees y si no quieres no lo lees, que es natural.
Me gusta la blogosfera de los que disfrutan con la naturaleza, con el bosque, con la montaña, con los ríos, con el mar, con las cuevas, con los valles, con los animales, ... los que saben ver la belleza de las cosas más allá de su aspecto superficial.
Podría escribir un blog de éxito, con muchos comentarios, con montones de enlaces, con muchos adornos, con muchas entradas, con decenas de compinches. Pero no sería sincero, no sería yo, sería falso, ...
Seguiré escribiendo aquí. Pero será un grito al vacío, como el que das cuando llegas a la cima de una montaña y te sientes tan grande y tan pequeño a la vez. Será una voz en el desierto, un árbol que cae donde nadie lo puede oir.
No busco suscitar el interés a nadie más que a las personas con las que mantengo una relación de amistad, aunque sólo sea virtual. Todo el mundo es bienvenido en este rincón, pero no voy a halagar a nadie, ni a dar las gracias por los comentarios vertidos aquí, ni a sentirme en la obligación de actualizar a menudo el blog, ni a contestar a todo lo que me digan, ni a comentar por comentar en otros blogs.
Y para los que pudierais pensar lo contrario, deciros que no soy demasiado inteligente, que he perdido el sentido de humor, que soy muy burdo con la ironía, que no tengo sentimientos, que no soy buena persona y que ni siquiera escribo bien, pero que daría un brazo por un amigo y mi vida por mi familia.