Fecha: Miércoles 17 de septiembre
Hora: 8 de la mañanaLugar: Autopista de peaje AP-9
Suceso: Circulando esta mañana por la citada autopista de peaje a la velocidad máxima permitida en la vía, observé por los retrovisores como se acercaba un coche de la Guardia Civil de Tráfico con todas las luces encendidas a una velocidad notoriamente superior a la permitida. El primer pensamiento fue «¿Vendrán a por mí?». Cuando el vehículo rebasó al mío, desecho ese pensamiento dando lugar al segundo: «¿Para qué llevan las luces, si la autopista está casi vacía?». Más bien parecía un poco de exhibicionismo por parte del conductor. En pocos segundos, el vehículo se pierde en la distancia. Poco después llegué al peaje y no me pude contener una carcajada al ver al coche anteriormente citado parado frente a la barrera del OBE. Lo adelanté por el otro carril del peaje con OBE, mientras una persona en la cabina de al lado procedía a abrir la barrera a la benemérita.
Unos segundos más tarde volvió a adelantarme el mismo coche, como una bala, con todo el lucerío... para volverse a detener doscientos metros más allá por el atasco creado por un estrechamiento de calzada debido a las obras de mantenimiento de la autopista.
Como dijo Felipe II, «no he mandado a mis naves a luchar contra los elementos». Espero que no haya sido una auténtica emergencia.
Hora: 8 de la mañanaLugar: Autopista de peaje AP-9
Suceso: Circulando esta mañana por la citada autopista de peaje a la velocidad máxima permitida en la vía, observé por los retrovisores como se acercaba un coche de la Guardia Civil de Tráfico con todas las luces encendidas a una velocidad notoriamente superior a la permitida. El primer pensamiento fue «¿Vendrán a por mí?». Cuando el vehículo rebasó al mío, desecho ese pensamiento dando lugar al segundo: «¿Para qué llevan las luces, si la autopista está casi vacía?». Más bien parecía un poco de exhibicionismo por parte del conductor. En pocos segundos, el vehículo se pierde en la distancia. Poco después llegué al peaje y no me pude contener una carcajada al ver al coche anteriormente citado parado frente a la barrera del OBE. Lo adelanté por el otro carril del peaje con OBE, mientras una persona en la cabina de al lado procedía a abrir la barrera a la benemérita.
Unos segundos más tarde volvió a adelantarme el mismo coche, como una bala, con todo el lucerío... para volverse a detener doscientos metros más allá por el atasco creado por un estrechamiento de calzada debido a las obras de mantenimiento de la autopista.
Como dijo Felipe II, «no he mandado a mis naves a luchar contra los elementos». Espero que no haya sido una auténtica emergencia.
1 comentario:
... es que las rotatorias no se notan desde el interior del vehículo, ¡¡¡hombre de dios!!! Se las habían dejado encendidas sin darse cuenta, como cuando yo me dejo puesto el doble intermintente o ¿qué te crees? ¿que se querían colar sin pagar?... Ja!Ja!Ja!
Un abrazote ;-)
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